Y entonces fue cuando todos callaron y nadie supo que decir.

En toda la sala, no había nadie que pudiera adivinar lo que pasaba por sus frágiles mentes. Eso les desconcertaba, les hacía dudar de su propia existencia. Querían por todos los medios conocer la respuesta a todas las dudas ridículas que paseaban por sus inseguras cabezas. No conseguían nada por mucho esfuerzo que pusieran. Dos besos, y pasaría mucho tiempo hasta volver a verla. Confundidos y dudosos la vieron salir del gran salón sin llegar a averiguar lo que querían.

martes, 17 de agosto de 2010

Un escalofrío alteró los subconscientes
De pies a cabeza, de ombligo a testa
Algo sucumbió a la ligereza
Esa mirada saltando obstáculos.
Se burlan del destino,
él no quiere ese final.
Y arde el asiento de atrás,
y gritan los cuerpos en llamas.
No te atrevas a pasar, no interrumpas el incendio.
Y vuelven cenizas sus voces,
y miran a su alrededor.
Shh...calla. No hay peligro
Sin cordura, sin vuelta atrás.
Si te comes la cabeza guillotinas tu existencia.