Y entonces fue cuando todos callaron y nadie supo que decir.

En toda la sala, no había nadie que pudiera adivinar lo que pasaba por sus frágiles mentes. Eso les desconcertaba, les hacía dudar de su propia existencia. Querían por todos los medios conocer la respuesta a todas las dudas ridículas que paseaban por sus inseguras cabezas. No conseguían nada por mucho esfuerzo que pusieran. Dos besos, y pasaría mucho tiempo hasta volver a verla. Confundidos y dudosos la vieron salir del gran salón sin llegar a averiguar lo que querían.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Un día ves un felpudo en un escaparate. Normal, sin nada de especial. Te planteas comprarlo pero tontamente piensas que no tienes dinero.

Y así durante un largo tiempo, pasando día tras día por el mismo escaparate y observando el mismo felpudo.

De repente has llegado tarde. Alguien lo ha comprado ya. Pero no lo trata bien. Lo pisotea, lo deja echo jirones y lo devuelve en extrañas condiciones.

Entonces miras tu bolsillo y te empiezas a dar cuenta de que algo de calderilla si que te queda. Y cuando menos te lo esperas tienes el felpudo en casa.


Mollejas ricas. Vamos ya :)

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