Miró por la ventana y solo vio gente corriendo despavorida.
Unos con paraguas sobre su frágil cabeza y otros escondiendo la suya entre los hombros. Personas sin cuello huyendo del agua. Absurda imagen si.
Observó dentro de su casa y la hizo gracia como su gato corría escaleras arriba buscando refugio de los truenos.
Al fin y al cabo solo era agua. Gotas que caían del cielo y que a todo el mundo asustaban.
En cambio ella disfrutaba de esos días lluviosos.
La encantaba oír el viento colarse por los resquicios de las grietas.
Escuchar el granizo golpeando en los cristales.
El olor a humedad.
Y los truenos. Se quedaba fascinada con la forma en que la tierra rugía a su antojo e iluminaba por entera la ciudad. Eso era sin duda lo mejor de una tormenta, su melodía elaborada a base de percusión.
Solo una cosa no la gustaba de estos días. Una sensación que, a decir verdad, hacía de estas unas tardes especiales.
Cuanto peor tiempo hacía mas necesitaba de alguien a su lado.
Era algo ridículo eso estaba claro, pero no podía evitarlo.
Aun así, esbozaba una sonrisa en cada día tormentoso del calendario.
Presentía que esa noche despertaría sobresaltada escuchando la tormenta, abriría la persiana y su habitación quedaría cubierta de luz por unos segundos.
Y después de observar el temporal un rato, se recostaría en la cama oyendo como el tiempo ameniza su sueño. Sonreiría y dejaría caer sus parpados en un sueño profundo.




Sean Felices!!! :D